sábado, 15 de abril de 2017

Hada Lùa


viernes, 11 de noviembre de 2016

El manto nocturno



Ellix Brendiux transitaba todas las noches por la pradera, lo reconocía todo como la primera vez, aprovechaba y llenaba su canasto con flores bañadas por el roció. De pronto escucho un quejido, cerca al lago así que sin esperar corrió hacia el lugar de donde provenía;  descubrió allí, a una mujer que se escondía bajo el manto nocturno, al tiempo en que gemía abrazada a un enorme y centenario árbol medicinal, mientras sus piernas flaqueaban al tratar de darle curso a la criatura que tenía en su vientre. Ellix Brendiux, elevo sus ojos al cielo y  eso basto para que todo su instinto activara su pensar y su actuar, así que pese a no haber  asistido jamás un parto la joven dama se ocupó de la situación como lo habría hecho cualquier matrona.       De la noche a la mañana la  cabaña  de Ellix Brendiux , que hacia parte de la pequeña aldea, ahora permanecía colmada de parturientas, tras las cuales  fueron llegando tuberculosos, leprosos, virulentos y muchos otros enfermos, a los que si bien ella no sanaba; con sus emplastos, si hacía sentir mejor con sus infusiones y sabias palabras.

Cuentan en la aldea que un domingo en que se oficiaba la santa misa, Ellix Brendiux, prefirió acompañar a una mujer primeriza en su parto, antes que asistir a los oficios; esta acción corrió como fuego de boca en boca y llego a oídos del Obispo, quien de inmediato demando la presencia del  señor feudal. Unas horas después, la soldadesca abrió a empujones la puerta de la amada Ellix a quien sacaron de su casa por la fuerza. La imagen que se vio a continuación  era la de una  bestia montada en un caballo, que a su vez, arrastraba a la joven partera. Los conocidos y antes amigos de Ellix  por temor a ser relacionados con ella, ahora le arrojaban estiércol y enormes pedruscos, pero  lo que más le dolía a la joven y apenaba su corazón, eran las palabras llenas de miedo de quienes se las lanzaban. Poco después una noche de luna llena sin que mediara juicio alguno, apilaron afuera de las mazmorras alrededor de la gruesa estaca de abedul,  más de seis fardos de leña, luego, cuando el balcón ataviado con largos faldones carmesís estuvo a reventar y los aldeanos morbosos, expectantes y enardecidos alcanzaron el paroxismo, sacaron a Ellix a empellones, antes de amarrarla al poste donde le arrancaron la manta con que se cubría. La azotaron para hacerla confesar sus faltas, dejaron su espalda escaldada y sanguinolenta, le pusieron grilletes en manos y pies, fijándola a la superficie lisa y blanquecina; entonces justo cuando las voces del clero y el pueblo justiciero trepanaban sus oídos,  la noble mujer levanto los ojos nuevamente hacia el cielo, las nubes oscuras dieron paso a la gigantesca luna, que dejó caer su luz  para iluminar el cuerpo desnudo de su noble y ancestral hija, y allí  ante los ojos impávidos de todos los presentes la hoguera hubo que asfixiarse sola,  porque Ellix Brendiux se desvaneció en un fino polvo de estrellas y ascendió  al encuentro de la pálida Luna.

viernes, 9 de septiembre de 2016

Los Hijos del Río

Las manos pequeñitas se hundían una y otra vez, al principio era tan solo un juego, pero con las horas, el frío del agua hacia que sus deditos se entumieran, debajo de cientos de arruguitas por la permanencia en el gélido arroyo se dejaban ver en sus palmas y sus plantas amoratadas. Sabía bien que si dejaba de hacerlo sus ocho hermanos, y su madre sufrirían las consecuencias, de vez en cuando levantaba su rostro y veía como sus compañeros de escuela y de juegos, hacían lo mismo que él, una que otra vez se alzaban en jubilo entre gritos y risas, porque de seguro alguno había encontrado lo tan anhelado, pero el chasquido del látigo los regresaba a la tortuosa faena.

El pequeño Candelario, tenía una fórmula que le permitía continuar dentro del escaso caudal mucho más tiempo que los demás, se dejaba llevar por los gratos recuerdos de la abuela Esperanza, esa gran matrona, que más que una heredera de esclavos, era una mujer grande y corpulenta, que jugueteaba con el como una niña, quien le hacia reír con las historias traídas por sus ancestros desde las costas Africanas, y deleitarse con bellos arrullos con su voz de cantadora, o con sus muchas maneras de divertirse mientras lo hacía pasear entre las palmas del chontaduro, el plátano y el borojo; al igual que se entretenían con las largas travesías entre riachuelos y esteros, bogando y roncando en su canalete, o cuando dejaba que sus dedos traviesos juguetearan con los hilitos de plata que se chorreaban del remo, mientras los brazos fuertes de la abuela Esperanza continuaba remando incesantemente, lo metía y lo sacaba de las aguas que lo habían visto nacer a él y a otras tantas generaciones, así aprendió que la alegría es para todos los colores. 

Esa mañana sus ojos se desorbitaron al descubrir entre la arena negra algo extraño, era diferente a la pirita común, o a la quimera hecha piedritas, así que se alisto a clavar su batea para mazomerrear entre el fango, mientras calculaba lo que veía, y pensó que con ese tamaño y peso podría apaciguar la fiebre del oro para sus más cercanos, imagino todo lo que podría lograr con el metal precioso; pero de repente todo se oscureció para los olvidados hijos del río
, porque lo que extrajo  Candelario, fue una mina mortal, que al detonar convirtió todo a más de cincuenta metros a la redonda en un agujero negro, convirtiendo el hilo de agua en un arco iris de muerte y desolación.

viernes, 2 de septiembre de 2016

RENACER



El Caminante luego de alcanzar las cimas más altas de la larga cadena de montañas, de atravesar las llanuras y estepas de climas extremos, los bosques más espesos, al igual que las áridas y cálidas arenas de desiertos y playas; termino agotado, sediento y se desplomo sobre la hierba húmeda y refrescante.

Donde todo el cansancio cedió ante un sueño abrazador, en el que pudo sentir como su cuerpo se fundía ante la inmensidad de la madre tierra, logrando reconocerla como tal, dejando de ser tan solo un transeúnte por el mundo, y convirtiéndose en su hijo, dueño y señor de todo lo creado; de pronto un estallido y una luz refulgente se detono desde su hipotálamo invadiendo todo su sistema nervioso, hasta que una punzada sistólica lo impulso a abrir los ojos, descubriendo que su cuerpo abandonaba lentamente la posición fetal en la que se hallaba, mecánicamente su espalda se afianzaba al suelo, sus piernas y brazos se extendían, y fue así que pudo observar como la bóveda celeste le mostraba un mágico mapa estelar donde pudo interpretar todas las respuestas milenarias provenientes de su interior heredadas por generaciones…logrando así su renacimiento, como el Dios que habita en cada uno de los hijos de Gaĩa,¡ la Diosa primigenia.

viernes, 19 de agosto de 2016

Chrysalide



Ella se arrastraba lentamente, para algunos, y tan rápido como se lo permitiera su pesado cuerpo, pese a todo lo que pensaran de ella, y a sus propias creencias, logro sortear enormes lagos formados por gotas de lluvia, tierras fangosas colmadas de pesares, ideas limitantes, miedos, mentiras, dolores y egoísmos heredados.            

Hasta que un día, no pudo ni moverse, todo su organismo se paralizo, parecía que todo estuviera puesto de cabeza, que todo se desbordaba y hasta el cielo parecía a punto de desmoronarse, de repente la oscuridad total…Internamente sentía una oleada de miedos y confrontaciones, surgían desde dentro, como una sustancia viscosa, que invadía todos sus órganos, y que ahora salía por sus poros como una hiedra negruzca, dejándola inmóvil, enclaustrada en medio de temperaturas asfixiantes.    

Algo en ella, como una voz huracanada, proveniente de sus más profundas raíces le hizo pensar y sentir que la batalla en su interior aún continuaba, así que poco a poco espanto su enorme tristeza, soltó todo ese nudo de eslabones que parecían enredarle el alma, y sintió que podía surfear en el mar de la tranquilidad, y que ese lugar donde habitaran sus miedos por tanto tiempo, ahora quedaba vacío, empezando a colmarse de amor y luz universal…permitiéndose así trascender y viajar hasta el infinito, y muy seguramente, un poco más. 

viernes, 12 de agosto de 2016

Amor


EL AMOR..., INTRANSIGENTE,FRUSTRADO, Y CANSADO DE GOLPEARSE Y SENTIR QUE A VECES SE ROMPÍA EN PEDACITOS, DECIDIÓ ESCONDERSE EN LO MAS PROFUNDO DEL CORAZÓN. ALLÍ DESCUBRIÓ CUAN EQUIVOCADO ESTABA...Y QUE PARA AMAR REALMENTE, PRIMERO DEBÍA VER Y  SENTIR CON EL CORAZÓN PARA AMARSE A SI MISMO Y A TODO EL UNIVERSO!