viernes, 19 de agosto de 2016

Chrysalide



Ella se arrastraba lentamente, para algunos, y tan rápido como se lo permitiera su pesado cuerpo, pese a todo lo que pensaran de ella, y a sus propias creencias, logro sortear enormes lagos formados por gotas de lluvia, tierras fangosas colmadas de pesares, ideas limitantes, miedos, mentiras, dolores y egoísmos heredados.            

Hasta que un día, no pudo ni moverse, todo su organismo se paralizo, parecía que todo estuviera puesto de cabeza, que todo se desbordaba y hasta el cielo parecía a punto de desmoronarse, de repente la oscuridad total…Internamente sentía una oleada de miedos y confrontaciones, surgían desde dentro, como una sustancia viscosa, que invadía todos sus órganos, y que ahora salía por sus poros como una hiedra negruzca, dejándola inmóvil, enclaustrada en medio de temperaturas asfixiantes.    

Algo en ella, como una voz huracanada, proveniente de sus más profundas raíces le hizo pensar y sentir que la batalla en su interior aún continuaba, así que poco a poco espanto su enorme tristeza, soltó todo ese nudo de eslabones que parecían enredarle el alma, y sintió que podía surfear en el mar de la tranquilidad, y que ese lugar donde habitaran sus miedos por tanto tiempo, ahora quedaba vacío, empezando a colmarse de amor y luz universal…permitiéndose así trascender y viajar hasta el infinito, y muy seguramente, un poco más. 

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